lunes, 14 de noviembre de 2011

Nadie te querrá como lo he hecho yo.

De algo estoy segura, nadie podrá quererle como le quería yo, no podrán adorarle de ese modo, no sabrán advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como si sólo a mi se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero saber de sus besos, el color real de sus ojos. Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto, y ella menos que ninguna. Ella, incapaz de amarle, incapaz de verle realmente, de entenderle, de respetarle. Ella no se divertirá con esos tiernos caprichos.

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