lunes, 14 de noviembre de 2011

No me dejes nunca.

Nos reimos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaremos mañana. Es una promesa inútil; lo hubiesemos hecho de todos modos.
Cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido. Cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loca, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que él a colgado compruebas que lo a hecho de verdad, entonces estás perdida, o mejor dicho, estás enamorada lo que en realidad es un poco de lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario