martes, 25 de enero de 2011

Tu amor es mi droga


-Venga, te acompaño a casa, si no esta noche acabaré por pelearme con medio mundo.
 
En silencio, limitándose a decirle dónde vive, sube detrás de él. La moto arranca veloz, con rabia, dando un salto hacia delante. Ella, instintivamente, lo abraza. Sus manos acaban sin querer bajo la cazadora. Su piel está fresca, su cuerpo caliente en el frío de la noche. Ella siente deslizarse bajo sus dedos unos músculos bien delineados. Se alternan perfectos a cada movimiento suyo. El viento le acaricia las mejillas, el pelo mojado ondea en el aire. La moto se ladea, ella lo abraza con más fuerza y cierra los ojos. El corazón empieza a latirle enloquecido. Se pregunta si será solo a causa del miedo. Siente el ruido de algunos coches. Ahora están en una calle más grande, hace menos frío, dobla la cara y apoya la mejilla sobre su espalda, siempre sin mirar, dejándose mecer por aquellas subidas y bajadas, por aquel ruido potente que siente bajo ella. Luego, nada más. Silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario